En cada edición, corresponde a un país europeo diferente elegir el Sabor del Año, inspirado en los dulces de su tradición y en los ingredientes más típicos y representativos de su tierra.

Y así, tras el "Apfelstrudel" elegido por Austria en 2023, 2024 será el turno de Bélgica con un Sabor del Año que rinde homenaje a uno de los postres más típicos y populares del país: el "Gaufre de Liège", o el querido gofre dulce, crujiente por fuera y suave por dentro, de Lieja. La receta oficial, que el 24 de marzo todos los heladeros están invitados a seguir y personalizar con creatividad y maestría, inspirada en las tradiciones y sabores de su territorio, incluye un helado de base neutra aromatizado con vainilla y canela, una variedad de mantequilla salada, todo acompañado de una oblea de gofre de Lieja.

Los gofres son un tipo de gofres, un postre popular en todo el mundo, pero de orígenes muy antiguos. Los primeros gofres de la historia nacieron en Grecia, se llamaban obelías y se cocinaban entre dos planchas calientes al fuego. Más tarde adoptados por las legiones romanas, se extendieron por toda Europa. Fue en la Edad Media, sin embargo, cuando la receta se perfeccionó en Bélgica: un abad cisterciense creó una mezcla con miel, cocinándola con los platos utilizados para la preparación de las hostias. En francés medieval, de hecho, la palabra wafla y gaufra adquiere el significado de dulce, miel, colmena: un "pastel hecho con miel en forma de panal".

La historia de los gofres en Bélgica es larga y fascinante. Los fabricantes de gofres a menudo los producían con el escudo heráldico de la ciudad. Cuando se introdujo el azúcar en Europa, el príncipe de la ciudad de Lieja le pidió a su pastelero que creara un postre que fuera el emblema de la ciudad e incluyera entre los ingredientes la novedad del momento: el azúcar. El pastelero preparó un gofre sustituyendo la tradicional miel por azúcar perlada. Ese postre tuvo tanto éxito que, aún hoy, el "gofre de Lieja" es uno de los más populares en Bélgica.